Como resultado de las exigencias regulatorias estrictas y creciente conciencia del consumidor sobre una mejor eficiencia de combustible y emisiones reducidas, los fabricantes y proveedores del sector automotriz están migrando cada vez con mayor fuerza de las láminas tradicionales de acero o aleaciones galvanizadas a metales mixtos y ligeros que ofrecen ahorros significativos. Reducir el peso de un vehículo en un 10 por ciento puede mejorar el ahorro de combustible en un 6-8 por ciento.